Los avances de la Neurociencia en los últimos años nos están demostrando que como profesionales de la educación debemos conocer y comprender mejor el cerebro, órgano encargado del aprendizaje.
Begoña Ibarrola, en su libro Aprendizaje emocionante, nos acerca de manera sencilla los últimos descubrimientos de la Neurociencia. Nos enseña cómo crear ambientes y procesos de aprendizaje emocionantes con el fin de una mejor motivación que nos permita, a alumnado y profesorado, seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida. Recomiendo a mis compañeros docentes su lectura, sin duda nos ayudará a comprender que la escuela también puede ser un lugar donde puede convivir el placer por aprender y el esfuerzo, un lugar para desarrollar talentos atendiendo a la diversidad, un lugar donde primero es la persona y su proyecto de vida, un hogar en el que emociones, sentimientos y aprendizaje están muy relacionados.
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